Con tu aroma amargo, con tus lágrimas vacías,
con tu cabello prohibido, como las entrañas de tus secretos;
muero por husmear como un gato en tus sentimientos,
de aquel aroma y pensamiento ya solo tengo tus recuerdos.
Solo quiero matar mis deseos en tu cuerpo,
quiero esperar el destino y morir en tus aposentos;
¿Qué puedo pedirle a la vida?
– un éxtasis de tu piel –
Estar contigo, junto a la luna,
que con su luz pule todos los errores;
estar en este lugar donde los sentimientos aumentan,
donde la gente corre por la vida y tú te quedas tan solo un instante
para aprender de mi soledad.
Estoy aquí, tal vez para esperar
aquella sombra que vele mis sueños,
estoy aquí donde mi vista pierde el sentido de las cosas,
donde mi mente se distorsiona
y el aura de la soledad se mete entre mi piel.
Pero como siempre,
seremos mentirosos de susurros,
poetas de locuras,
y tristes de si.
Nahún Avila Cerón